
Casi al borde de haber perdido la vida, el señor Ramón Grullón, un moto-concho que se gana la vida de su familia, se dirigía en su motocicleta una AX 100 color Azul, a la Colonia de Mencía a llevar un pasajero de nacionalidad haitiana, dicho sujeto, lo atacó por la espalda, propinándole un tremendo martillazo para sustraerle la motocicleta.
Este acontecimiento, como otros ya sucedidos, en el que ciudadanos han perdido la vida en esta parte de la frontera, no se explica por qué los que hacen el transporte del moto-concho como éste, no hayan evitado salir a la parte rural del municipio de Pedernales, a transportar haitianos sin ningún documento de identidad. Estos elementos, cuando cometen un atraco de esta naturaleza, dejan abandonadas a sus víctimas, procediendo rápidamente a trasladarse con dicho vehículo robado a su país de origen.

Según pudo salvarse para contarlo, dijo que después que le dio el primer martillazo le siguió agrediendo, dándole martillazos en las manos mientras él se defendía, hasta que logró escapar a un lugar inhóspito donde pudo esconderse de su agresor. Luego de un buen rato de estar escondido, el haitiano emprendió la huida hacia su nación, llevándose consigo la motocicleta.
Un amigo y un cuñado, al percatarse del hecho, en lo inmediato se fueron en busca de él encontrando que estaba recibiendo atenciones médicas en la clínica rural de Mencía, por la Dra. Adolfina Nin, siendo luego despachado hacia este municipio cabecero.


Los ciudadanos dominicanos también hacen la advertencia a los superiores del CESFRONT, establecidos en la frontera, para que redoblen la vigilancia en el cordón fronterizo ya que este flagelo de haitianos no se va acabar jamás, dicen que penetran al país evadiendo algunos puestos de chequeos que están a distancia de la frontera con su país.
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